Desde siempre, en la sociedad han existido grupos “oprimidos” y “opresores”, esto se ha catalogado como desigualdad social, las características por las que se diferencian unos y otros son tanto económicas como culturales y educativas, unos las poseen a grande escala y los otros luchan por conseguirlas.
Al ser esta una posición muy cómoda y prestigiosa, los miembros de las altas esferas o estratos sociales, ejercen una presión para impedir que las personas que están en las bajas esferas puedan subir y acceder a estos “privilegios” además de no tratarlo igual que a sus semejantes.
Hasta entonces, la manera de luchar de estas clases oprimidas eran creando herramientas desde organizaciones que promovieran estas iniciativas, la mayoría de ellas con ayuda de plataformas de carácter gubernamental, para así ver una implicación por parte de ellos y ver que luchan por la igualdad.
Hoy en día gracias a los avances tecnológicos y la posibilidad de acceso a Internet desde cualquier parte, las clases sociales más oprimidas tienen la oportunidad de dar a conocer sus preocupaciones y sus quejas, en principio, sin tabúes, y llegar a intentar cambiar su mundo.
Además, gracias a este medio, todas las personas que puedan acceder al mismo, tienen la posibilidad de ser tratadas por igual, de informarse de todo lo que ocurre este o no a su alcance y de opinar de los temas que desee sin ''mirarlo por encima del hombro'', poco a poco, esta desigualdad en la red, va desapareciendo aunque aun nos queda mucho camino.